El proyecto consistió en una disección fotográfica y de vídeo de los modos de vida de la población indígena Wayuu. En una zona desértica y plana donde casi no hay agua, los habitantes viven diseminados en núcleos de población muy alejados los unos de los otros. En decenas de kilómetros sólo existe vegetación de desierto, así como animales escuálidos que dan cuenta de la falta de comida y de los efectos de no tener agua. La búsqueda del líquido elemento es algo constante en el territorio. Niños, mujeres y hombres recorren extensos caminos a pie, en burro o bicicleta, para encontrarla.
Sin embargo, pese a la falta de este elemento tan imprescindible para tener unas condiciones dignas de vida, ellos mantienen una postura positiva ante esta situación. Siempre sonríen, su creatividad es enorme, sus excentricidades aún más y todo lo objetual y lo material que les rodea junto a todos los asuntos circunstanciales en sus vidas es afrontado desde un punto de vista sumamente lúdico y optimista. Es un pueblo que a fuerza de tener que obviar una cruda realidad se ve abocado a crear, por así decirlo, otra mucho más amable y soportable.
Entrada libre hasta completar aforo.
Hasta el 26 de octubre. Casa de América. Plaza de la Cibeles, s/n. Madrid.
Sin embargo, pese a la falta de este elemento tan imprescindible para tener unas condiciones dignas de vida, ellos mantienen una postura positiva ante esta situación. Siempre sonríen, su creatividad es enorme, sus excentricidades aún más y todo lo objetual y lo material que les rodea junto a todos los asuntos circunstanciales en sus vidas es afrontado desde un punto de vista sumamente lúdico y optimista. Es un pueblo que a fuerza de tener que obviar una cruda realidad se ve abocado a crear, por así decirlo, otra mucho más amable y soportable.
Entrada libre hasta completar aforo.
Hasta el 26 de octubre. Casa de América. Plaza de la Cibeles, s/n. Madrid.
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